La fábula del tigre y el burro
La fábula que vas a leer ahora es simple como cualquier otra. Pero su mensaje va mas allá de un aprendizaje. Es más bien una lección de vida, aplicable a todos los aspectos que nos rodean para poder crecer en paz.
El burro le dijo al tigre: – El pasto es azul.
El tigre respondió: – No, el pasto es verde.
La discusión se calentó, y los dos decidieron someterlo a un arbitraje, y para ello fueron a ver al Rey de la Selva, el león. Ya antes de llegar al claro del bosque, donde el león estaba sentado en su trono, el burro empezó a gritar: – Su Alteza, ¿es cierto que el pasto es azul? ¿A que el pasto es azul? El tonto del tigre dice que es verde.
El león respondió: – Cierto, el pasto es azul.
El burro se apresuró y continuó: – El tigre no está de acuerdo conmigo y me contradice y molesta, por favor, castígalo.
El rey entonces declaró: – El tigre será castigado con 5 años de silencio.
El burro saltó alegremente y siguió su camino, contento y repitiendo: – El pasto es azul! El paso es azul! El pasto es azul!…
El tigre aceptó su castigo con dignidad, pero antes le preguntó al león: – Su Majestad, ¿por qué me ha castigado?, después de todo, el pasto es verde.
El león respondió: – De hecho, tienes razón, claro que el pasto es verde.
El tigre preguntó: – Entonces, ¿por qué me castigas?
El león respondió: – Eso no tiene nada que ver con la pregunta de si el pasto es azul o verde. El castigo se debe a que no es posible que una criatura valiente e inteligente como tú pierda tiempo discutiendo con un burro, y encima venga a molestarme a mí con esa pregunta.
¿Qué significa esto para ti?
Puede que no estés discutiendo sobre el color de la hierba en tu vida diaria, pero seguro que más de una vez te has encontrado debatiendo cosas que, en el fondo, no valen la pena.
Tal vez en redes sociales, tal vez en el colegio o incluso con amigos.
¿Te ha pasado?
Te detienes, discutes, te frustras… y al final, te das cuenta de que no valía la pena. Eso es exactamente lo que le pasó al tigre.
Muchas veces, como jóvenes, nos vemos atrapados en discusiones innecesarias. Nos preocupamos por lo que otros piensan, por defender siempre nuestro punto de vista, o por tener la última palabra.
Pero, ¿de verdad necesitas convencer a alguien de algo que es obvio?
La lección de la fábula es clara: No todas las discusiones valen tu tiempo.
No importa cuánta razón creas que tienes, discutir con alguien que no está dispuesto a escuchar o que solo busca molestarte es una pérdida de energía.
Piensa en esto: Cada minuto que pasas discutiendo sobre cosas sin importancia, es un minuto que podrías estar invirtiendo en ti mismo.
En tus proyectos, en tus sueños, en tu crecimiento personal.
En lugar de gastar energía en argumentos sin sentido, elige invertirla en ti.
Imagina que estás trabajando duro en algo que te apasiona: un proyecto, un deporte, tus estudios. De repente, alguien aparece para criticarte. Te dice que lo que haces no tiene sentido, que no vas a lograr nada.
Tu primera reacción podría ser defenderte, entrar en una discusión y demostrar que estás en lo correcto.
Pero, ¿vale la pena? Lo más probable es que no.
En lugar de perder tu tiempo y energía discutiendo con alguien que no ve lo que tú ves, sigue adelante. Concéntrate en lo que realmente importa.
Deja que tus resultados hablen por ti.
Como dijo una vez Winston Churchill: ““Nunca llegarás a tu destino si te paras a tirar piedras a cada perro que ladra.”
Es fácil distraerse con comentarios negativos. Con gente que solo quiere molestarte o hacerte dudar. Pero la verdad es que no todos los comentarios merecen una respuesta.
Recuerda que tú tienes un objetivo.
Y cada vez que te distraes discutiendo con alguien que no está en el mismo camino que tú, te alejas de tus metas.
Es como si estuvieras corriendo una carrera, y en lugar de seguir adelante, te detienes a discutir con alguien que ni siquiera está compitiendo.
¿Tiene sentido?
La próxima vez que alguien te quiera desviar de tu camino con una discusión sin sentido, pregúntate: ¿Es esto lo que realmente importa? ¿Vale la pena mi tiempo y energía?
Si la respuesta es no, sigue adelante.
Como el león le enseñó al tigre, la sabiduría está en no perder tiempo con discusiones que no aportan nada a tu vida.
Recuerda que el éxito no se mide por cuántas veces ganas una discusión, sino por cuántas veces eliges seguir tu propio camino, sin importar lo que digan los demás.
Como dice una frase famosa: “What do you prefer: to be right or to be rich?